Todos los equipos participantes estaban desbordantes de alegría por poder correr de nuevo. El pistoletazo de salida se dio el 12 y 13 de junio en el Hungaroring, en Hungría. Debido a las normas impuestas por la cuarentena hasta hace poco, Kursim y el equipo no pudieron participar en los dos entrenamientos comunes en abril y mayo en la República Checa (Most) y Francia (Nogaro). «Hicimos unas pruebas en un campo de vuelo, y eso fue todo. Naturalmente, se notaba que nuestros competidores han conducido más este año, lo que no nos ha facilitado las cosas aquí en Hungría», reflexionaba Kursim. Por eso, consideró todo un éxito estar dos veces entre los primeros puestos el domingo.
En la primera carrera de la nueva serie del campeonato de Europa, en la que André tomó la salida en noveno lugar, el mero hecho de volver a competir ya fue motivo de alegría, aunque apenas duró unos segundos porque, poco después de la salida, se agrietó un disco de freno. En la segunda carrera, un piloto chocó contra las barreras. Los paneles y la valla de contención no se podían reparar rápidamente, por lo que la organización de la carrera decidió anularla.
A André le fue algo mejor el domingo. Terminó la segunda clasificatoria con el sexto mejor tiempo. En la Race 3, llegó séptimo a la meta después de once vueltas. En la última carrera demostró ser un luchador y terminó en octavo puesto.
La conclusión después de casi dos años de pausa en las carreras: «Este fin de semana nos hemos encontrado con un par de dificultades, pero las hemos dominado. Con un poco de suerte, en el Nürburgring alcanzaremos el top 5 con los tiempos realizados».
Las próximas carreras se celebrarán del 16 al 18 de julio en el Nürburgring (Alemania), en las que, además, habrá público que podrá vibrar con nosotros.
¡Naturalmente, le deseamos la mejor de las suertes a André y todo el equipo Don’t Touch Racing!
